domingo, 23 de septiembre de 2012

Nuestra naturaleza cíclica

Imagínate qué habría sido para tí si el día en que por primera vez te vino la regla tu madre te hubiera regalado un ramo de flores, te hubiera llevado a comer fuera, y después las dos hubieráis ido a la joyería, donde os esperaba tu padre, te hubieran hecho agujeros en las orejas y él te hubiera regalado tu primer par de pendientes, y luego hubieras ido con algunas de tus amigas, y también con amigas de tu madre, a pintarte por primera vez los labios; y después, 

   por primera vez hubieras asistido

      a la asamblea de las Mujeres

          a aprender

              la sabiduría femenina.

¡Qué diferente podría haber sido tu vida!

                                                                                                              Judith Duerk, Circle of stones.

Podemos recuperar la sabiduría del ciclo menstrual sintonizando con nuestra naturaleza cíclica y celebrándola como una fuente de poder femenino. El flujo y reflujo de los sueños, la creatividad y las hormonas que intervienen en las diferentes partes del ciclo nos ofrecen una profunda oportunidad de ahondar nuestra conexión con nuestro saber interior. Este es un proceso gradual para la mayoría de las mujeres, un proceso que supone desvelar nuestra historia personal, y después, día a día, pensar de modo diferente acerca de nuestros ciclos y vivirlos de una forma nueva.

El ciclo menstrual es el más básico y terrenal que tenemos. La sangre es nuestra conexión con lo femenino arquetípico. Los ciclos macrocósmicos de la naturaleza, la fases crecientes y menguantes de la Luna, el flujo y reflujo de las mareas y los cambios de estación, se reflejan a menor escala en el ciclo menstrual del cuerpo femenino individual. La maduración mensual de un óvulo y el emabarazo o la evacuación de la sangre menstrual subsiguientes reflejan el proceso de la creación como ocurre no sólo en la naturaleza, inconscientemente, sino también en las empresas humanas. En muchas culturas, el ciclo menstrual se ha considerado sagrado.

Incluso en la sociedad moderna, en la que estamos desconectadas de los ritmos de la naturaleza, el ciclo de la ovulación está influido por la Luna. Los estudios han demostrado que los índices más elevados de concepción, y probablemente de ovulación, se producen durante la Luna llena o el día anterior. Durante la Luna nueva disminuyen los índices de ovulación y concepción, y a un número cada vez mayor de mujeres les viene la menstruación. La investigación científica ha documentado que la Luna rige el flujo de los líquidos (tanto el de las mareas como el de los fluídos corporales) e influye en el inconsciente y en los sueños. En cuanto a la distribución en el tiempo del ciclo menstrual, del ciclo de la fecundidad y del parto, también siguen el ritmo de las mareas, dominadas por la Luna. Está documentado el papel de los factores ambientales, como la luz, la Luna y las mareas, en la regulación de los ciclos menstruales y la fecundidad de la mujer. En un estudio realizado con cerca de 2.000 mujeres con ciclos menstruales irregulares, más de la mitad consiguieron regularizarlos a ciclos de 29 días durmiendo con una luz cerca de la cama durante los tres días más cercanos a la ovulación.

El ciclo menstrual rige el flujo no sólo de los líquidos, sino también de la información y la creatividad. Recibimos y procesamos información de forma diferente en las distintas fases del ciclo. Me gusta explicar la sabiduría del ciclo menstrual de la siguiente manera: desde el comienzo de la menstruación hasta la ovulación, estamos madurando un óvulo y, al menos de forma simbólica, preparándonos para dar nacimiento a alguien (o a algo), papel que la sociedad honra. Muchas mujeres encuentran que están en su cima de expresión en el mundo exterior desde el comienzo de ciclo menstrual hasta la ovulación: su energía es extrovertida y animada; se sienten llenas de entusiasmo y nuevas ideas, y también muy dispuestas a doblar las toallas y cumplir su papel percibido de ayudar a los demás. A mitad del ciclo somos naturalmente receptivas a los demás y a nuevas ideas, es decir, "fértiles". En muchas mujeres el deseo sexual también llega a su cima a mitad del ciclo, cuando nuestro cuerpo secreta feromonas que nos aumentan el atractivo sexual. (Nuestra sociedad dominada por los hombres valora muchísimo esto, y nosotras lo interiorizamos como una "buena" fase de nuestro ciclo). Una camarera de una cafetería de carretera a donde van a comer muchos camioneros, me ha dicho que las propinas que recibe son mayores a mitad de su ciclo, alrededor de la ovulación. (Un hombre describía a su mujer como "muy vital y eléctrica" durante esa fase de su ciclo.)

Northrup, Christiane. Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer: una guía para la salud física y emocional. Urano.




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